EL
MANUSCRITO DE EDIMBURGO (1696)
Algunas de las preguntas que los masones acostumbran a hacer a
aquellos que declaran poseer la Palabra de masón, con objeto de
reconocerles:
- ¿Sois masón? Responded: Sí.
- ¿Cómo podría estar seguro? Lo sabréis en el tiempo y lugar
oportunos. Observad que esta respuesta no debe darse más que
cuando estéis en sociedad y no haya masones presentes. Pero si no
hay mucha gente allí donde estéis, podéis responder con los
signos, toques y otros puntos de la recepción.
- ¿Cuál es el primer punto? Respuesta: dadme el primer punto y yo
os daré el segundo. El primero es oír y callar. El segundo, bajo
pena de cortaros la garganta. Por ello debéis hacer este signo
cuando decís esto.
- ¿Dónde habéis sido recibido? Respuesta: En una honorable logia.
- ¿Qué es lo que hace a una logia justa y perfecta? Respuesta: 7
maestros, 5 aprendices, a un día de marcha de una población, de
manera que no pueda oírse ni el ladrido de un perro ni el canto
del gallo.
- ¿Nada más hace a una logia justa y perfecta? Respuesta: Sí, 5
masones y 3 aprendices recibidos, etc.
- ¿No hay nada más? Respuesta: Cuantos más hay, mayor es la
alegría, y cuantos menos, mejor es la carne.
- ¿Cuál es el nombre de vuestra logia? Respuesta: Kilwinning.
- ¿Cómo está orientada vuestra logia? Respuesta: de este a oeste,
como el templo de Jerusalén.
- ¿Dónde estuvo la primera logia? Respuesta: En el atrio del
templo de Salomón.
- ¿Hay luces en vuestra logia? Respuesta: Sí, tres, al nor-este,
al sud-oeste y en el paso del este. La primera indica al maestro
masón, la segunda al vigilante, la tercera al compañero
instalador.
- ¿Hay joyas en vuestra logia? Respuesta: Sí, tres, una piedra
bruta, una piedra cúbica y un gran óvalo.
- ¿Dónde podría hallarse la llave de vuestra logia? Respuesta: A
tres pies y medio de la puerta de la logia, bajo una piedra bruta
y un montículo verde. También bajo el pliegue de mi hígado, allí
donde yacen todos los secretos de mi corazón.
- ¿Cuál es la llave de vuestra logia? Respuesta: Una lengua bien
puesta.
- ¿Dónde está esa llave? Respuesta: En la caja de hueso.
Una vez que los masones os han examinado por medio de todas o de
una parte de estas preguntas, y de que hayáis respondido con
exactitud y hecho los signos, os reconocerán como aprendiz. Pero
no como maestro ni como compañero del oficio. De modo que os
dirán: Veo que habéis entrado en la cocina, pero ignoro si habéis
entrado también en la sala. Respuesta: He entrado tanto en la sala
como en la cocina.
- ¿Sois compañero del oficio? Respuesta: Sí.
- ¿Cuántos puntos hay en el compañerismo? Respuesta: 5, a saber:
pie contra pie, rodilla contra rodilla, corazón contra corazón,
mano contra mano y oreja contra oreja. Haced entonces el signo del
compañerismo dando un apretón de manos, y seréis reconocido como
un verdadero masón. Las palabras están en I Reyes, 7, 21, y en II
Crónicas, 3, en el último versículo.
FORMA EN LA QUE SE DA LA PALABRA DE MASÓN
En primer lugar debéis coger a la persona que debe recibir la
palabra y ponerla de rodillas; y después de un gran número de
gestos destinados a asustarle, hacedle tomar la Biblia y poned su
mano derecha encima. Debéis incitarle a guardar el secreto
amenazándole con degollarle en el caso de que rompiera su
juramento, (diciéndole que) el sol en el firmamento dará
testimonio contra él, así como toda la compañía presente, lo cual
provocará su condenación, debido a la cual no dejarán de
asesinarle.
Entonces, después de que haya prometido guardar el secreto, le
hacen prestar el juramento como sigue.
Por Dios mismo, y a la espera de que deberéis rendir cuentas a
Dios cuando os encontréis desnudo ante Él en el gran día (del
juicio), no revelareis ningún punto de lo que vais a ver u oír
hoy, ni de palabra ni por escrito; no lo pondréis por escrito en
ningún momento, ni lo trazareis con la punta de una espada o de
otro instrumento sobre la nieve o sobre la arena, y no hablareis
excepto con alguien que haya sido recibido masón... ¡Que Dios os
venga en ayuda!
Después de que haya prestado este juramento, es alejado de la
compañía con el último masón recibido, y una vez se le ha asustado
suficientemente haciendo mil gestos y melindres, debe aprender del
segundo masón la manera de hacer en lo que concierne a los signos
y las posturas y las palabras de su recepción, que son como sigue.
Primero, cuando entre de nuevo en el seno de la asamblea, debe
hacer un saludo ridículo, después el signo, y ha de decir
enseguida: Que Dios bendiga a esta respetable asamblea. Luego,
quitándose el sombrero de una manera verdaderamente excéntrica,
que no debe ejecutarse más que en esta ocasión (como por lo demás
el resto de los signos), dice las palabras de su recepción de la
siguiente manera.
- Yo vengo aquí, yo, el más joven, el último aprendiz que ha sido
recibido, pues lo he jurado por Dios y por san Juan, por la
escuadra y por el compás, y por el juez universal, a asistir a mis
maestros en el servicio a la honorable logia desde el lunes por la
mañana hasta el sábado por la noche, para guardar las llaves, so
pena de que se me corte la lengua por debajo del mentón, y de ser
sepultado en la playa en el límite de las mareas, allí donde nadie
lo sepa.
Entonces hace de nuevo el signo trazando con su mano una línea
bajo el mentón atravesando la garganta, para significar que ésta
le será cortada en el caso de que rompiera su promesa. Después
todos los masones presentes murmuran la palabra entre ellos,
comenzando de manera que finalmente le llegue al maestro masón,
quien le da la palabra al aprendiz que se recibe.
Hay de señalar ahora que todos los signos y palabras, como
aquellos de los que en otro lugar se habla, pertenecen solamente
al aprendiz recibido (masón). Pero para ser un maestro masón o un
compañero del oficio, hay algo más que hacer, que se hace como
sigue.
En primer lugar, todos los aprendices deben ser alejados de la
compañía, y nadie será invitado a quedarse excepto los maestros.
Entonces, aquel que va a ser recibido como miembro de la compañía
debe ponerse de nuevo de rodillas, y pronunciar otra vez el
juramento que se le ha dado, después de lo cual debe salir de la
asamblea con el maestro más joven a fin de aprender las posturas y
los signos del compañerismo; entra después nuevamente, hace el
signo de maestro y dice las mismas palabras que a su entrada,
omitiendo solamente lo del juez universal. Luego los maestros
murmuran la palabra entre ellos comenzando por el más joven, como
antes. Tras esto, el masón más joven debe avanzar y ponerse él
mismo en la postura en la que debe el otro recibir la palabra, y
dice en voz baja al masón más viejo: Los excelentes maestros y la
respetable asamblea os saludan bien, os saludan bien, os saludan
bien. Después el maestro le da la palabra y agarra su mano a la
manera de los masones. Esto es todo lo que debe hacerse para hacer
de él un perfecto masón.
COMENTARIO
Este
catecismo, de
procedencia escocesa, es el
más antiguo que se conserva.
El manuscrito menciona varios temas
masónicos clásicos. Por ejemplo:
“- ¿Qué es lo que
hace a una logia justa y perfecta? Respuesta: 7 maestros, 5
aprendices, a un día de marcha de una población, de manera que no
pueda oírse ni el ladrido de un perro ni el canto del gallo”,
asunto que está relacionado con el tema del perjuro.
En relación con ello se
plantea la aparente paradoja de que al final del rito de
recepción, el aprendiz jure sobre la Biblia siendo este un texto
que prohíbe formalmente todo juramento, y propone cambiar el
juramento por una promesa. Pero la Biblia no prohíbe el juramento
sino el jurar invocando nombre y lugares y penas. Basta el si o el
no (Mateo 5, 33-37). El texto menciona a San Juan Bautista,
decapitado por Herodes (Mateo 14, 3-11) acusado falsamente. Se le
menciona por la analogía entre el signo gutural y la decapitación
que espera a los masones perjuros.
También se mencionan los cinco
puntos de la masonería en relación a la palabra de maestro mb, que
parece proceder del compañerazgo francés y de la danza de los
macabeos, es decir, el rito guillerette o también llamado
gilbrette:
“- ¿Sois masón? Responded: Sí.
- ¿Cómo podría estar seguro? Lo sabréis en el tiempo y lugar
oportunos. Observad que esta respuesta no debe darse más que
cuando estéis en sociedad y no haya masones presentes. Pero si no
hay mucha gente allí donde estéis, podéis responder con los
signos, toques y otros puntos de la recepción.
- ¿Cuál es el primer punto? Respuesta: dadme el primer punto y yo
os daré el segundo. El primero es oír y callar. El segundo, bajo
pena de cortaros la garganta. Por ello debéis hacer este signo
cuando decís esto”.
“- ¿Cuántos puntos hay en el compañerismo? Respuesta: 5, a saber:
pie contra pie, rodilla contra rodilla, corazón contra corazón,
mano contra mano y oreja contra oreja. Haced entonces el signo del
compañerismo dando un apretón de manos, y seréis reconocido como
un verdadero masón. Las palabras están en I Reyes, 7, 21, y en II
Crónicas, 3, en el último versículo”.
Respecto al simbolismo del silencio:
“- ¿Dónde podría hallarse la llave de vuestra logia? Respuesta: A
tres pies y medio de la puerta de la logia, bajo una piedra bruta
y un montículo verde. También bajo el pliegue de mi hígado, allí
donde yacen todos los secretos de mi corazón.
- ¿Cuál es la llave de vuestra logia? Respuesta: Una lengua bien
puesta.
- ¿Dónde está esa llave? Respuesta: En la caja de hueso”.
Sobre la forma en la que se da la palabra de masón, el texto
explica la
ceremonia de “recibir masones” que consiste en efectuar de
rodillas un juramento sobre la Biblia por tres veces en momentos
distintos de la ceremonia. Entre uno y otro juramento se prodigan
gestos y signos destinados a impresionarle. Igualmente, tras cada
juramento, le es comunicado el signo y la palabra de masón que
previamente es circulada por todos los miembros de la logia.
Fue
publicado en Harry Carr, The Early masonic catechisms,
1963, reed. por la Kessinger Publishing Company, Kila MT, s. d.,
p. 31-34. Comentarios de Patrick Négrier, Textes fondateurs de
la Tradition maçonnique 1390-1760, París, pp. 118-122.
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